Articulo de Javier Ventas
Dos hechos terribles marcan el principio y el fin de la jaleada "transición española", los beneficiarios los mismos: PSOE, PCE, ETA y los partidos nacionalistas-separatistas, es decir, el bando rojo de la guerra civil española de 1936 (autodenominado republicano, porque se puede ser republicano sin ser rojo). Y rojo se proclamó Zapatero, es decir, partidario de uno de los bandos que se enfrentaron en la guerra civil de 1934 (sí, 1934), y por lo tanto, en pura lógica, está reabriendo la guerra. Esto supone el fin de la transición, que nos vendieron como un proceso hacia el perdón, la paz y la reconciliación. No olvidemos que este personaje entra en escena y llega al poder a través de un acto de guerra en el que pierden la vida centenares de españoles.
Yo añadiría que la famosa transición comenzó con otro acto de guerra, el asesinato de Carrero Blanco por parte de ETA. Crimen aplaudido y celebrado en su día por socialistas, comunistas y nacionalistas.
O sea, que lo que hemos vivido desde ese 20 de diciembre de 1973 hasta el 11 de marzo de 2004, no ha sido otra cosa que una revolución con apariencia de democracia, promovida por la masonería y otras fuerzas internacionales, con la aquiescencia de SAR Borbón, ese traidor que juró fidelidad a los principios del Movimiento Nacional, es decir, a esos patriotas que lucharon para librar a España de la dictadura comunista, que eso sí que es una dictadura y no el régimen franquista.
Una verdadera transición debía haberse hecho de otra manera. Reconciliación, sí, pero sobre la verdad y los hechos probados, no sobre "la memoria histórica por ley", donde los vencedores son los vencidos, dónde se niegan las masacres y torturas de uno de los bandos y todos los precedentes criminales que llevaron a media España a levantarse en armas, no Franco, que podía haber sido un cobarde y seguir viviendo tranquilamente cobrando su sueldo de general.
¿Llaman "transición" a honrar a Carrillo, un asesino de masas, torturador y comunista, poniéndolo de diputado en las Cortes, haciéndole homenajes oficiales, mientras se denigra con todo tipo de befas al Caudillo que lo fue, cuando menos, de media España? ¿Pero no fue Franco quién restituyó en el trono al rey, cuyo abuelo había huído, abandonando al pueblo, ante las amenazas de los rojos?
Yo critiqué en su día el franquismo en lo que tenía de criticable, pero de ahí a ponerlo como la causa de todos los males que padecemos, hay que ser muy simple para tragar con eso, máxime viendo lo que hacen los políticos actuales. Reconciliación, sí, precisamente por la nobleza del bando vencedor podiamos haber llegado a una verdadera reconciliación, porque si hubieran triunfado "los rojos", no hubieran dejado ni las raíces de las familias de sus enemigos; basta con ver lo ocurrido en países donde triunfó el comunismo, y comunista hubiera sido el régimen que saliera de aquella contienda si triunfara el otro bando. Pero esto no es reconciliación, esto no es transición, esto es revancha y traición. Vale ya de complejos.
La pregunta es, si la transición acabó el 11 de Marzo de 2004, ¿qué estamos viviendo ahora?
Una nueva fase de esa revolución en la que de lo que se trata es de acabar con la Constitución de 1978, la cual es violada sistemáticamente por el poder y los nacionalistas, porque no es nada más que una tapadera transitoria. Una nueva fase liderada por Zapatero, un iluminado, masón también él, como su abuelo, que se cree con derecho a usurpar la autoridad de los padres sobre los hijos y promover el sexo-basura entre los jóvenes con el reparto de condones y píldoras abortivas, y llega en su locura hasta el punto de pretender que las chicas puedan abortar sin el conocimiento y consetimiento paterno a partir de los dieciséis años... ¡Vaya monstruo!
Hay que pararle, porque este proceso conduce a toda velocidad hacia la cultura de la muerte, que es la muerte misma: el aborto, la eutanasia, la destrucción de la familia, de los valores y de la dignidad humana.
Vivimos una autentica revancha contra nuestro pasado cargado de gloria. Un ataque contra el espiritu español. Un acoso y derribo hacia nuestros heroes. Eso es lo que vivimos ahora con el gobierno socialista, heredero de la segunda Republica, como bien se jacto su presidente ZParo.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu articulo Javier. Animo a todos a que sigais su ejemplo, hagamos de este blog nuestro espacio de critica a su Ley de Memoria Historica. Arriba España